Los dientes están formados por la corona -parte visible- y la raíz -dentro del hueso-.
La dentina es el tejido calcificado que crece durante toda la vida, y que en la corona forma lo que se llama esmalte y en la raíz el cemento.
Los gatos tienen 30 dientes definitivos, y los perros 42. Tanto unos como otros, pueden sufrir de enfermedad periodontal.
Características de la enfermedad periodontal:
Es una enfermedad crónica, infecciosa y no contagiosa de todos los elementos que sostienen al diente. Tiene efectos locales y a distancia. Es difícil de curar y puede ser previsible hasta cierto punto. Lleva su tiempo para generarse -a pesar que hay individuos más predispuestos que otros y por ende la desarrollan más rápido-. Asimismo, está producida por agentes infecciosos llamadas bacterias. No se contagia de un animal a otro, ni a las personas.
A pesar de ser la corona la cara visible del diente, también se ve afectada la raíz, el esmalte, el cemento y el ligamento periodontal.
Existe una flora normal de la boca, no patógena que frente a cambios que sufre, genera daño. Se forma una capa llamada “biofilm” que cubre a los dientes y que si no es removida mecánicamente no puede ser eliminada, generando así daño.
Factores predisponentes a la enfermedad periodontal:
- Factores hereditarios y enfermedades sistémicas.
- Razas propensas como por ejemplo: caniches, yorkshire.
- Dieta blanda -por no romper la placa que se forma-.
- Hipoplasia del esmalte dentario: animales que de cachorro tuvieron fiebre o enfermedades como moquillo, sufren una falta de esmalte, y por lo tanto no cuentan con la protección que les brinda el mismo.
¿Cómo puede tratarse esta enfermedad?
Existen dos tipos de tratamientos: locales y sistémicos.
- LOCALES: existen soluciones de clorhexidina al 0,12% o al 2% para lavado y cepillado en el hogar
- SISTÉMICOS: antibióticos (principalmente para anaerobios, que son la flora que más abunda en la boca)
También como tratamiento local se puede hacer limpieza dental: La misma consiste en extraer el acúmulo de sarro de la superficie de los dientes, extraer piezas móviles o dientes retenidos, para evitar así el acúmulo de alimento y suciedad que favorezca la formación de placa. Es esencial para que el animal se acostumbre a las maniobras de cepillado, y manoseo de la boca, que sea acostumbrado desde cachorro. Desafortunadamente nuestros animales no cooperan en ningún sentido, ya sea desde quedarse quietos, hasta dejarse tocar la boca, lo cual se complica mucho más si hay una patología presente que les causa molestia, dolor.
Así como se hace una consulta pediátrica para el correcto y adecuado plan de vacunación y desparasitación, es importante concurrir a una consulta odontológica, ya que hay patologías que pueden ser controladas a edad temprana, evitando daños mayores a futuro.
Fuente:
Foyel